Trastorno de integración sensorial

¿Sabían que hay niños hiper e hipo sensoriales? En palabras simples, ellos como que sienten (a través de los diferentes sentidos), mucho más que otras personas o niños. Y hay diferentes grados. Leve hasta súper agudo. Emma era así (bueno, todavía lo es pero creo que le ha “bajado” bastante). Antes no toleraba ruidos fuertes (gritaba), ni olores intensos (por ejemplo si alguien echaba queso parmesano a los fideos tenía que salir del sitio), el tema de las etiquetas con la ropa era terrible. Todo le picaba. El agua en los ojos también fue de locos (la natación me ayudó mucho). Casi no usa jeans a menos que sean súper suaves, tampoco usa ningún polo con lentejuelas, etc.
¿A alguna le suena?
Fue así como que me animé a investigar un poco más del tema.
“Las dificultades en el procesamiento sensorial o Trastorno de integración sensorial ocurren porque el cerebro tiene problemas para organizar la información que recibe a través de los sentidos: visión, oído, tacto, gusto, posición. A veces es un tipo específico de información sensorial, por ejemplo dificultades exclusivamente con los ruidos, y otras veces pueden ser problemas con varios o todos los sentidos a la vez”, me explicó el Pediatra Luis Milla.
Cuando esta dificultad para organizar la información que se recibe a través de los sentidos se manifiesta como una excesiva sensibilidad se le conoce como hipersensibilidad y cuando se manifiesta con una poca sensibilidad se le conoce como hiposensibilidad. “La mayoría de las personas podemos “desconectarnos” o filtrar la información en la medida lo necesitamos. Esto nos permite lidiar con las sensaciones inesperadas, tales como un ruido fuerte del claxon de un carro, el ruido de la licuadora o de la aspiradora. Las personas con dificultades en el procesamiento sensorial podrían ser extremadamente sensibles o casi nada sensibles al mundo que les rodea”, me dijo Luis.
Ambos casos se pueden notar a partir de los 3 primeros meses, a veces después. Y aunque si es un tema leve, puede irse “solo” (por un tema de madurez la integración sensorial se regula ), a veces puede ayudar seguir terapias.
Ojo, tampoco es que llegue a ser una enfermedad ni nada así, pero de hecho es un tema que cuando son niños es complicado no sólo para ellos, si no para los papás. Sí, porque tenemos que lidiar con lo que en un principio pensamos que son simples “exquisiteces” de los niños. Las etiquetas, los ruidos, olores, agua, hasta comida (como mezclar texturas). Pero como ven no es eso.
Lo que el Pediatra Milla sugiere hacer si sospechamos que nuestros hijos puedan tener alguna de estas características, es consultarlo con el especialista (pediatra, neurólogo pediatra) para determinar si existen indicadores de esta situación y poder recomendar las terapias para ayudarlos. Generalmente se aborda a través de la terapia ocupacional.
En otros casos, como el de Emma, quizás no tan extremo, la natación ayuda bastante (gracias clases de natación del Santa María por su santa paciencia).
No lo dejen pasar porque si bien de niños es un tema para los papás, cuando ellos crezcan pueden generarles problemas sociales también, de integración con otros niños y falta de tolerancia.
Espero que les sirva.
PD: CPAL es el centro que me recomendaron para este tipo de situaciones con niños. Emma no llegó a ir porque de verdad que con su natación como que se reguló bastante. Pero cualquier cosa les dejo el dato.