Cuando los cuerpos cambian

El otro día leí que la actriz hollywoodense Mila Kunis (novia de Ashton Kutcher) está a punto de dar a luz. Vi sus fotos en internet y me encantó lo que ví. Ella está linda pero no está como la típica embarazada de televisión: pita con nudo, el pelo lacio perfecto, súper “nice”. ¡No! Igual está flaca pero se ha subido sus kilitos, tiene más pechos y para nada está hiper arreglada y bien puestecita. Usa buzos en la calle y se hace moños mal hechos. ¡Como debe ser! Incluso en una entrevista a la revista Marie Claire dijo sobre sus «bubis»: «¡Son increíbles! Han triplicado su tamaño. Yo era 34A y ahora soy un 36C. ¡Estoy tan emocionada!». Me encantó escucharla y verla tan natural y feliz.
A veces los medios o nosotras mismas nos metemos mucha presión con nuestro físico, hasta en el embarazo. No queremos subir de peso ni que nos salgan granos. Por propia experiencia les digo que esta etapa es para disfrutar, engreírnos y no para traumarnos de cuánto peso vamos a subir (les habla la traumada número uno pero que en el embarazo se relajó). Sí, hay que ser responsables con lo que comemos, debemos comer balanceado: verduras, lácteos, proteínas etc. Hacer ejercicio si se puede. Pero está bien subir más de 8 o 9 kilos! Hoy en día incluso los doctores son demasiado estrictos. Tengo amigas que sus doctores las tenían a dieta en su embarazo y ellas para nada eran gorditas.
Yo me subí 15 kilos y disfruté mi embarazo un montón. No me arrepiento. Comí dulces cuando a Emma le provocaba (no a mi ah! jaja), pero también comía sano, mucha agua y ejercicio, cero alcohol y tabaco. Fue una etapa muy linda. Disfrútenla. Cuídense pero no se presionen (ojo tampoco digo que se suban 30 kilasos ah!). Claro siempre deben hacerle caso a sus doctores ya que por algo los han escogido como tal, pero no dejen que las intimiden ni se sientan mal por subir de peso. No se comparen con otras mamá, cada una es distinta.
No todas las barrigas son bellas (estéticamente porque todas son lindas por dentro), y las embarazadas a veces tenemos granos y se nos notan las canas porque no podemos pintarnos el pelo ni laceárnoslo. Además tengan bien presente que los cuerpos les cambiarán después del parto. Eso va a pasar sí o sí. Las caderas se ensanchan, el pelo se nos cae por la lactancia, las chichis a veces se descuelgan un poco y la verdadera barriga plana es difícil recuperar. Incluso la cicatriz marca una diferencia si tuviste cesárea. Mi cicatriz es muy notoria y me encanta. Me recuerda todos los días lo que pasó. Mi hija me la ve y me dice “yaya” y yo le explico que de ahí salió aunque no me entiende nada.
El cuerpo cambia y nos cuesta aceptarlo pero créanme que cuando tengan a sus hij@s verán que valió la pena…o no? Ya me dirán ustedes.